Todos contentos

“Muerto” Zapatero, a la gente le entró una alegría enorme porque Rajoy y los suyos los van a sacar de la crisis. Como no podía ser de otra manera, nada tenía que ver con los mercados, ni los ladrones de los bancos, ni las agencias esas que son las palestras de los depredadores. Muerta es la corrupción. Se acabaron también los chorizos porque ahora lo que se lleva es el roscón de Reyes. Sí, lo que come ese Duque de nombre raro.

¡Albricias!, canta la patronal, esa selección española de defraudadores de hacienda, de empresarios que hacen trampas, que reciben subvenciones, a los que se les colocan medallas mientras esconden su dinero en paraísos fiscales, esos que están esperando que escampe para emplear a tu hijo, por supuesto, haciéndote un favor, esos que se enriquecen a manos llenas a costa de ese hijo tuyo al que le dicen toma esto, que es lo que hay, y no te pongas tonto, que rápidamente deslocalizamos la empresa y nos vamos a la China, que allí trabajan por un plato de arroz. Ventajas de la globalización-espero vayan cazando la ironías-.

Aquí lo importante sigue siendo la pasta, la bolsa, la prima de riesgo- por cierto, ¡cuánto riesgo tiene la prima!-y que los adoradores del Becerro de oro logren sus fines. Poco importa cargarse el Planeta y seguir contaminándolo sin pudor alguno; poco importa arrasar con el mar con tal de poder comprarnos un chalet o presumir en los bares; poco importa que sea emigrante el explotado, mejor, trabaja más barato. Ávidos como viven de sumergirse en ese capitalismo salvaje, al que cambian el nombre llamándole liberalismo o neo liberalismo,-¡cómo han prostituido la palabra libertad!- por aquello de la imagen, nos trasladan al Medievo para practicar la esclavitud del siglo XXI. Existe una mayoría conforme que vota y dice: si, bwana. Pan, fútbol y mujeres/hombres, al mejor estilo de la Roma clásica.

Por su parte, los de la poltrona siguen comiendo, bebiendo y haciendo todo lo demás sin pudor alguno. Siguen siendo legisladores, que no renuncian nunca a sus privilegios porque aquello de la dignidad es una antigualla y, sin embargo, inútiles defensores de los ciudadanos que vemos como se nos roba lo nuestro en la indefensión más absoluta; son jueces, equilibristas políticos, que sopesan más el estatus que la verdadera justicia, son ricos hacendados que no soportan los cambios que supongan la pérdida de su vida privilegiada. Son golfos que no se escandalizan de un desahucio y, sin embargo, no les cae la cara de vergüenza cuando se compran un coche de lujo. Para ellos nada es un lujo, es necesidad.

Se reían algunos contertulios cuando decía que aquí nuestros políticos se compran como los pollos: cuarto y mitad. Si se dan cuenta verán que son gentes demasiado pusilánimes que no creen ni lo que dicen, gente que juega a los equilibrios de los partidos sin defender con ahínco sus propuestas, faltan oradores que en el Congreso o el Senado defiendan con valentía sus posiciones y cojan los toros por los cuernos. No me gustan los que mendigan a las multinacionales su ubicación en nuestro País, sino los que negocian sin poner la cama y de esos hay pocos.

España tiene potencial en agricultura, pesca-acuicultura sobre todo-, turismo, ,industria, energías renovables, construcción, telecomunicaciones, I+D…(campo amplísimo) y sobre todo, dos generaciones de jóvenes emigrados con alta cualificación, a los que hay que recuperar, con los incentivos precisos, para tirar de un carro al que muchos le ponen una bandera, que sólo es tela.

Hablar de creación de empleo, de instalación de empresas y esas cosas, después de lo dicho al principio parece un contrasentido y no lo es. Hay empresarios que ganan dinero sin necesidad de explotar a sus trabajadores – y lo digo por experiencia - Ese equilibrio es el que propugno para el desarrollo del País y les recuerdo que China no sería la solución de ellos si no tuviesen aquí, en Europa, el principal mercado.