Jesús Mato murió..., e os ventos fuxiron

El cura lucense Jesús Mato murió a los 91 años e os ventos fuxiron. Pero esta afirmación no es del todo cierta, puesto que este extraordinario sacerdote y magnífico músico, natural de Paradela -"hablando en cristiano"- está vivo y muy vivo, ya que así lo atestiguan las Escrituras al asegurar que "si el grano de trigo no muere, jamás dará fruto" y el mismísimo Jesucristo subrayó que "el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá". Por eso, en el Prefacio de la Misa de Difuntos se proclama que "la vida se cambia, pero no se quita ni se destruye" (vita mutatur, non tollitur).

Jesús Mato fue, sin duda alguna, un grandísimo grano de trigo que nos dio una colosal cosecha de muchos y magníficos frutos durante su larga y fecunda vida sacerdotal: primero, en Lalín, donde, junto con su labor pastoral, fundó la Radio Popular local y, posteriormente en Lugo, fue asesor religioso de la COPE y fundador de AUXILIA - Lugo, así como autor de la letra y música de FUXAN OS VENTOS, y el gran impulsor de este grupo de música folk, creado en 1972 en el Colegio Menor del Santísimo Sacramento de Lugo, del que también era capellán.

Posteriormente, entregó los últimos 25 años de su vida pastoral al mundo rural en la montaña lucense, concretamente en parroquias de Pedrafita do Cebreiro y O Courel.
Entre otras muchas distinciones fue homenajeado por la Cruz Roja de Sarria y el Concello de Paradela le nombró Hijo Predilecto. También fue nombrado Lucense del Año y la Xunta de Galicia le concedió, a petición popular, la Medalla Castelao.

Aunque, a simple vista, parezca una flagrante contradicción, quiero subrayar que Jesús Mato, a pesar de que su cuerpo se haya ido, sigue vivo. Al menos en la mente y el corazón de cuantos le hemos conocido y tratado. Vivirá, especialmente, en el que suscribe esta necrológica, pues tuvo la suerte de tratarlo y de gozar de su amistad y nunca le agradecerá bastante las reseñas y análisis que, con gran rigor y derroche de generosidad, hizo sobre algunos de sus libros.

Sobre este concepto de la "vida", conviene recordar lo que nos han dicho destacados pensadores a lo largo de la historia. Entre otros muchos, fue el mismísimo Cicerón quien, un siglo antes de Cristo, sentenció que "la vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos" (Vita mortuorum in memoria est posita vivorum).

Y el poeta, periodista e historiador Thomas Campbell, en el siglo XVIII, no se mordió la lengua al decir con contundencia que "vivir en el corazón de los que dejamos detrás de nosotros no es morir".

Y, ya en nuestros días, el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez nos advirtió de que "la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido".

Y tú, amigo Jesús Mato, no morirás y seguirás muy vivo en nuestro corazón y en nuestra memoria. Puedes estar bien seguro de que nunca te olvidaremos. Ahora, y después de lo mucho y bien que has trabajado y de la inmensa herencia que nos dejas, tienes bien ganado y muy merecido el derecho a "jubilarte" en esta empresa, llamada "Valle de lágrimas", y subir a la cima de la "Montaña celestial", para allí DESCANSAR EN PAZ.