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Historia de la música: aproximación historiográfica (I)

sábado, 04 de noviembre de 2023
La "Historia de la música" constituye una parte más de la "Historia", en general, y de la "Historia del Arte", en particular. Sin embargo, hay que reconocer que la música tiene un modelo de 'historicidad' y de 'conciencia histórica' distinto al de otras disciplinas. En consecuencia, su modelo de memoria histórica también es diferente.
La historicidad de esta disciplina -tal y como se ha entendido hasta época reciente- se ha basado en un hecho concreto: el proceso de "composición". Sólo se ha considerado objeto de estudio la música que ha sido fruto de una 'reflexión', de una labor creativa. Historia de la música: aproximación historiográfica (I)Cualquier tipo de "improvisación musical ha quedado fuera del alcance del estudio de los historiadores. Del mismo modo, la música que se ha transmitido oralmente ha caído fuera del ámbito de interés del historiador; sólo se ha tenido en consideración -como objeto de estudio- la música escrita, es decir, la que ha quedado plasmada en un sistema de notación más o menos elaborado. Ambos procesos -composición y notación- están íntimamente vinculados pues cuanto mayor es el grado de elaboración de una composición musical, más necesario se hace buscar un medio adecuado para reflejar esa composición gráficamente.

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Llama la atención la tardanza de la aparición de esa conciencia histórica de la música -de la 'historiografía musical', en definitiva- y más si se tiene en cuenta que el discurso teórico de la música ha existido en Occidente desde época muy temprana, a diferencia de la mayoría de las disciplinas consideradas, sin duda alguna, 'históricas'. Basta recordar las reflexiones filosóficas griegas o el status científico que la música ha ocupado en el "Quadrivium".
Esa tardanza ha sido debida, como afirma Enrico Fubini, a la naturaleza misma de la música y a la falta de consideración social de la figura del músico y su función.
La música como arte aparece y desaparece tras el acto de ejecución; una escultura, una pintura o cualquier otra manifestación artística, dentro de las que se conocen como 'artes espaciales', permanecen, son obras del pasado que se proyectan en el presente y en el futuro. La música, al igual que el teatro, por ejemplo, es un arte que transcurre en el tiempo, un arte 'discursivo absoluto', dado que, a diferencia precisamente del teatro o del cine, no necesita ningún tipo de soporte material para su desarrollo.
Por otra parte, la música durante siglos ha permanecido al margen de la cultura, en tanto en cuanto el músico práctico ha sido considerado como un 'siervo': hasta bien entrado el siglo XVIII, dedicado a la 'música humana' o 'música instrumentalis', a la vez que el 'músico teórico' se asemeja a una especie de 'filósofo' enfrascado en el estudio de la 'música de las esferas'. Por esta razónse ha hecho difícil establecer nexos de naturaleza histórico-culturales ente el desarrollo de la música y el de las demás artes, o se han creado paralelismos a menudo artificiales y ficticios.
La toma de conciencia histórica de la música apenas se puede registrar antes del comienzo del Barroco. Es entonces cuando comienzan a tenerse en cuenta procesos de composición y de interpretación diferentes, 'nuevos y antiguos': la "prima prattica" y la "secondaprattica", el "estilo antico" y el "estilo moderno", etc. Al mismo tiempo empieza a hacerse referencia a los "antiguos maestros" del Renacimiento.

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Durante los siglos XVI y XVII, las aportaciones de Galilei, Calvisius, Praetorius y Printz deben ser tenido en cuenta, pero no será hasta el siglo XVIII cuando se adopte una postura 'científica' de la música, siguiendo los dictados de la filosofía ilustrada. Los planteamientos de los enciclopedistas -de carácter empirista y censista- fueron los que sustentaron la base de las primeras obras que pueden considerarse, verdaderamente, "historias de la música".
En el ámbito de las artes plásticas será Winckelmann quien platee la posibilidad de una ciencia del arte 'objetiva'. Posteriormente, el historicismo del siglo XIX, el positivismo y el determinismo conducirán hacia el estudio del medio ambiente, de la técnica y de las formas. Se comenzará entonces a clasificar, ordenar y catalogar las obras de arte según los métodos de las ciencias naturales. Pronto se demostró, sin embargo, que éste no era el camino más adecuado, pues el arte -la obra de arte- es un mundo en sí mismo que pertenece al pasado, pero se proyecta hacia el futuro. Es, además, un hecho histórico y, por tanto, depende también de los métodos de la Historia general.

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Las primeras tentativas de hacer acopio de datos para una auténtica historia de la música, que no se redujera a un esquema más o menos mítico, se remontan a la segunda mitad del siglo XVIII, con la excepción de un trabajo previo: el realizado por Pierre Bourdelot y su sobrino Pierre Bonnet (Amsterdam, ca. 1715-25), "Histoire de la Musique et de ses Effets depuis son Origine jusqu'à Présent". En él, siguiendo el método filosófico-científico francés, se analizan y ordenan las leyendas y anécdotas de la música antigua, en un intento de compilar de modo serio y sistemático todo lo referente a esta materia.
En 1776 aparece en Inglaterra la obra de Charles Burney "A General History o f Music" (Londres, 1776-1789). Se trata de un verdadero trabajo de investigación en el que no faltan las consultas de fuentes originales -sobre todo por lo que respecta a la música contemporánea-, ni la organización del material que recogió el mismo autor en bibliotecas y archivos y sus giras por Europa. Burney define escuelas, emite juicios de valor y hacereferencia a las corrientes culturales de su época.
En ese mismo año se publica la obra de John Hawkins "A General History of the Science and Practiceof Music" (Londres, 1776). Al igual que la de Burney está dirigida a un público entendido en la materia, pero es producto de una mentalidad opuesta a la de Burney. Hawkins utiliza un método más científico e imparcial, más aferrado en el racionalismo; pretende demostrar que los principios de la música se fundan sobre ciertas leyes generales y universales, hacia las que reconduce todo lo que se va descubriendo. Este planteamiento contrasta con el empirismo de Burney, quien juzga toda obra musical en función del gusto, del 'buen gusto' personal.
En 1788 Johann Nikolaus Forkel presenta el primer volumen de su "Allgemeine Geschichteder Musik"; el segundo volumen aparecerá en 1801. En este trabajo, Forkel recoge las aportaciones del material de una obra inconclusa del padre G. Martini "Storia della Musica", 1757-1781), las de Burney y las de Hawkins. Destaca su carácter racionalista y su tendencia a las abstracciones derivadas de su vinculación con el pensamiento inglés, y su contacto con las culturas francesa y alemana. Asimismo, tuvo muy en cuenta las aportaciones de La Borde aparecidas en la obra "Essay sur la Musique Ancienne et Moderne" (París, 1780). En su concepción de la música prima la idea de que esta es la más alta manifestación del lenguaje de los sentimientos -al contrariode lo que propone Burney- y que, además, es un don de Dios a los hombres. En la base de su filosofía late también la teoría evolucionista, propugnada por Leibniz y Herder. La música, según Forkel, al igual que las demás artes, va evolucionando en sentido creciente desde los niveles más inferiores a los más superiores; en la práctica, pues, la música de la Edad Media y del Renacimiento es más primitiva, menos culta, que la del siglo XVIII.

Trabajos similares, en cuanto a su trasfondo filosófico y a sus planteamientos, son los que enumero a continuación siguiendo el orden cronológico de su publicación:
- F. W. Marpurg, "Kritische Einleitung in die Geschichteund Lehrsätzederaltenundneuen Musik" (Berlín, 1759). Siguiendo el espíritu de la Ilustración, fue la primera aportación de la historiografía musical en Alemania.
- G. Martini, "Storia della Musica" (Bolonia, 1757-1781, 3 vols.), obra inconclusa que interesa especialmente por la gran cantidad de material erudito recopilado y, sobre todo por el nuevo planteamiento que se deduce de lo que ha quedado realizado. El padre Martini en la ‘Prefazione’ de este trabajo ya manifiesta su sorpresa por la carencia de una historiografía musical propiamente dicha, pese a la antigüedad de la teoría de la música.
- Martin Gerbert, "De Cantu et Musica" (Saint-Blasien, 1774), después de investigar en diversas bibliotecas de Alemania, Italia y Francia, y de haber mantenido correspondencia escrita con destacados estudiosos de la música -especialmente con el padre Martini- publica este estudio que es clave para entender la música medieval.
- J. B. de La Borde,"Essai sur la Musique Ancienne et Moderne" (París, 1780), retoma la tradicional comparación entre música antigua y música moderna.
- M. Gerbert, "Scriptores Eclesiastici de Musica sacra Potissimun" (Saint-Blasien, 1784, 3 vols), valiosa colección sobre teóricos medievales, fundamental para posteriores estudios de la música medieval.

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Hay un denominador común que unifica estos trabajos: la idea de progreso, de evolución aplicada a la historia de la música. Burney entenderá el progreso en un sentido y Hawkins en otro opuesto. Para el primero, la Antigüedad no reviste mayor importancia: su historia se vuelve más apasionada cuanto más se aproxima a su época, hasta el punto de dedicar algo más de un tercio de su obra a los músicos modernos; fiel a los principios del Iluminismo, la música, como parte de la civilización avanza en constante progreso. Para Hawkins, la música alcanzó el culmen de la perfección con la polifonía y el contrapunto; partir de ahí comenzó a degenerar, hasta corromperse totalmente con Händel.

En definitiva, hasta el momento no se puede hablar más que de tentativas encaminadas a la elaboración de una historia de la música; los autores citados carecían del conocimiento profundo de la música antigua, así como de una formación filológica que cubriera esa laguna. A esto hay que añadir la falta de una metodología eficaz, orientada específicamente a efectuar investigaciones orgánicas y a ordenar con cierto sentido histórico el escaso material disponible en esa época.

Pasos más relevantes, por más cercanos, se darán en los siglos XIX y XX. A ellos dedico otro apartado dada su extensión y su importancia para comprender este aspecto esencial de cómo se han hecho, y se hacen, las historias de la música, es decir, los entresijos de la historiografía musical.

Pilar Alén, Profesora de la USC
Alén, Pilar
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