Dedicado a un hombre trabajador, luchador e incansable defensor del Camino de Santiago en Gran Canaria, mi buen amigo Ciprián Rivas Fernández por su huella imborrable a su paso por las islas Canarias.
Lo conocí en la Casa de Galicia, unos meses antes de la pandemia. Cuatro amigos preparábamos en una mesa del bar social, nuestro siguiente periplo por rutas jacobeas.
La ilusión que poníamos en cada una de nuestras palabras, la emoción en cada acción
futura programada, en cada visita cultural o natural a lugares desconocidos, nada hacía presagiar el aciego destino que esperaba a uno de nosotros, uno de los cuatro compañeros de aventuras que nos encontrábamos sentados alrededor de aquella mesa.
Muy cerca de nosotros, un grupo de personas charlaba animadamente sobre proyectos presentes y futuros. Nosotros, atentos a nuestra próxima caminanta por la costa de la Muerte, tras las pétreas huellas de los primeros habitantes de aquellas inhóspitas tierras galaicas, vestigios que reconoceríamos en su ancestral y abundante cultura megalítica, ningún interés prestábamos a conversaciones ajenas aunque, eso sí, sentíamos la ilusión puesta en sus palabras, la pasión en sus gestos, la espontaneidad en sus francas sonrisas, una firmeza sin fisuras en sus convicciones.
Curioso como soy, dirigí la mirada al grupo y reconocí a algunos de sus componentes, se trataba de miembros de la junta directiva de la Casa de Galicia. Allí estaban, Maruchi, Albino y Braulio. Les acompañaban otras dos personas, una portadora de de una franca mirada, voz segura y sabiduría y paciencia en el arte de la escucha. Fue tras esa mirada cuando surgieron las necesarias presentaciones. Albino, trabajador incansable desde la Presidencia y un buen amigo, me presentó a las personas nuevas y yo hice lo propio con mi grupo de amigos. Aunque casual el encuentro, no lo era el hecho de querer conocerme aquel hombre. El sabía de mí y del grupo de amigos con los que llevaba años realizando tramos del Camino de Santiago en la península y de mi pasión y la de mi amigo José Luis en poner en valor la ruta jacobea en Gran Canaria. Quise saber yo quién era aquel recién llegado a la isla que tanta firmeza, ilusión y dedicación mostraba tras sus palabras.
- Hola Espiño -saludó Albino-, te presento a Ciprián Rivas Fernández, Director General de Ordenación y Promoción Turística de la Consejería de Turismo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias. Precisamente, estábamos hablando del Camino de Santiago en Gran Canaria y del libro de José Luis González Ruano.
Ambos nos levantamos y nuestras manos sellaron con un apretón, el placer que sentían nuestros corazones. Amables sonrisas cerraron la presentación. Tomé el envite de presentarlo al grupo, comenzando con aquel autor que tenía tanto interés en conocer: mi querido amigo José Luis González Ruano.
- Te presento al autor del primer libro publicado sobre el Camino de Santiago en Gran Canaria. Si quieres acercarte al Camino, su lectura es obligatoria. Tienes que leerlo.
- Así lo haré.
Vicisitudes de la vida, tragedias que nadie espera, un tiempo que huye y se torna eterno y el encuentro que Ciprián anhelaba con el autor, capaz de poner alma y sentimiento a un extraordinario Camino por su belleza y valores, no fue posible.
Sin embargo, el fallecimiento de mi buen amigo y extraordinario escritor no fue el fin sino el principio de un ambicioso proyecto. La semilla se encontraba allí, en sus palabras escritas. No tardó el Gobierno de Canarias -con el beneplácito y el consentimiento de sus familiares-, en poner en valor la agotada publicación con una edición especial ilustrada. Supuso un placer inmenso coordinar la labor de fotógrafos, aficionados todos ellos al mundo de la imagen, amigos de éste quien les escribe, que enriquecieron con sus imágenes, llenas de luz, sentimiento y belleza, el lenguaje narrativo y poético de José Luis.
Ciprián iniciaba con esta reedición un soberbio y ambicioso proyecto con un objetivo esencial: Poner en valor el Camino de Santiago en Gran Canaria, camino que trocaría esta denominación primigenia por una más amplia y ambiciosa: "Camino de Santiago entre volcanes", periplo que con el tiempo trascendería la insularidad de Gran Canaria haciéndose extensible a las restantes islas de la Comunidad, pues en todas ellas encontraba mi admirado amigo Ciprián, espiritualidad, fe, devoción y peregrinaje en pos del apóstol Santiago.
Un amplio abanico de personas fue capaz de gestar un equipo de trabajo profesional y diverso. Tras el equipo, siempre, la imprescindible labor de coordinación y ánimo de Ciprián. Y el Camino vivió Encuentros, Jornadas y Congresos con carácter internacional, tanto en las islas - Primer Symposium del Camino de Santiago entre volcanes, celebrado en el teatro Consistorial de Gáldar, Primer Congreso Internacional Camino Entre Volcanes, celebrado en Expomeloneras-, como en otras localidades del Camino Jacobeo como Santiago de Compostela o Mondoñedo, dándose a conocer, promocionándose más allá de las islas durante los dos últimos años santos jacobeos.
Uno de los pilares esenciales para su difusión consistía en acercarlo a las aulas a través de talleres de lectura, talleres narrativos y de creación artística a través de la ilustración, y la edición de una serie de publicaciones que impulsaran y dinamizaran la ruta diseñada para unir los dos santuarios jacobeos en la isla de Gran Canaria.
Tengo que reconocer que estuve más activo en esta primera parte del recorrido, mucho más participativo. Se trataba de consolidar la gestión y desarrollo del proyecto educativo necesario para convertir el Camino en algo cognitivo, vivencial, participativo y emocional.
Las publicaciones específicas, editadas para llegar a niños y jóvenes: "Airam y el apóstol" y "Un camino de leyenda", se difundieron masivamente, tanto al gran público como a los peregrinos que recorrían el Camino y a los centros educativos de Canarias. La primera de ellas rescata una vieja leyenda del olvido, la segunda invita a un periplo que transita por los paisajes más sorprendentes de la isla desde cualquier punto de vista que nos propongamos analizar: geográfico, vulcanológico, botánico, faunístico, etnográfico, religioso, deportivo, emocional...
Luego, el Proyecto puso en marcha otras estrategias de miras más amplias, con mayor profesionalidad y ambición. No había duda alguna en que era un Proyecto para pensar en grande. De esa etapa, más reciente y de la que pueden recabar información precisa en las redes sociales, en las páginas web, en las apps y en los medios de comunicación, sólo puedo acercarles algunas pinceladas que hicieron del Camino de Santiago entre volcanes, un fenómeno de gran relevancia turística, social y vivencial.
Así, el Camino jacobeo primigenio, el desarrollado en la isla de Gran Canaria, coge la mochila, las botas y el bastón y se convierte en un viajero isleño, recorriendo otras rutas jacobeas en la isla de la Gomera, en la isla del Hierro y en otras islas, animando desde el conocimiento y las guías correspondientes, a peregrinos del mundo al encuentro con las iglesias existentes en honor al apóstol Santiago.
Se elabora una cartografía precisa, se pone en valor la gastronomía insular y los valores y tradiciones presentes en cada isla como elementos vertebradores -nexos de unión entre tres continentes: Europa, África y América-, desde la perspectiva del sentimiento jacobeo, tornándose este hito en valor tricontinental, pues es Canarias el lugar de partida y dispersión del fenómeno jacobeo y la posterior devoción americana al santo Apóstol.
Una página web: "Camino de Santiago entre volcanes", nos acerca las diferentes etapas de los Caminos programados en Gran Canaria, La Gomera y El Hierro, al tiempo que nos aporta valiosa información sobre las distancias a recorrer en cada tramo, la dificultad de cada trayecto y una estimación del tiempo a emplear en cada recorrido. Esta información se complementa con un mapa y gráficos de cada etapa, un vídeo sobre la misma, indicando además los lugares de interés destacados en cada tramo recorrido.
La realidad es que miles de peregrinos realizaron el camino en el pasado bienio jubilar -los datos últimos contrastados confirman un registro de más de cincuenta mil peregrinos, cerrado a fecha 31 de diciembre de 2022 con la clausura de la Puerta Santa, datos que hablan de treinta mil el primer año jacobeo 2021 y algo más de veinte mil el año 2022-.
Nunca se había producido una peregrinación jacobea en la isla con tanta afluencia de peregrinos. Los datos proceden del número de credenciales entregadas, de los certificados de peregrinación, de la oficina de información turística y de la concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Gáldar. Hubo una demanda continua de credenciales a las personas responsables de asociaciones e instituciones vinculadas al Camino, tal es el caso de la Asociación de Amigos del Camino de santiago, la Asociación Peregrinos Gran Canaria, la Casa de Galicia, los diferentes templos jacobeos insulares y otros centros religiosos asociados a la distribución de credenciales durante el pasado bienio Santo 2021-2022.
En el presente año, dos mil veintitrés, se confirma la consolidación del Camino Jacobeo en la isla con la presencia de cientos de personas que han realizado la ruta, hasta estos días de septiembre, que une los santuarios de Tunte y Gáldar, número de peregrinos que jamás se había dado en otros años no jubilares.
La labor de difusión e implantación del fenómeno jacobeo propició que hubiera sellos que certificaban el paso de los peregrinos en diversos lugares del recorrido. Al finalizar el mismo, la iglesia de Gáldar había habilitado en el interior del templo una mesa para la entrega de la certificación correspondiente, documento que justificaba la realización del Camino, una credencial similar a la otorgada por las autoridades eclesiásticas de la catedral de Santiago de Compostela en la Oficina de Atención al Peregrino.
Hubo y hay mucha ilusión, una ilusión que va mas allá de la historia vivida, de las tradiciones arraigadas, de las discusiones posibles. Para muchas personas se trata de fe y muchas personas la encuentran reforzada en su Camino.
Ciprián, incansable valedor del Camino en las islas, supo desde el primer momento de la importancia no sólo espiritual y cultural, sino económica, promocional y turística del hecho jacobeo.
Te vas Ciprián sin poder ver terminada la señalética que habías ideado para todo el recorrido. Una señalética que venía a cubrir un vacío, la falta de rigor en las señales existentes, una señalética que pretendía erradicar los impulsos espontáneos e inaceptables de algunas personas, quienes, con un spray mancillaban piedras, rocas y plantas en un burdo intento de implantar la flecha amarilla que, universalizada, identifica los caminos jacobeos por toda Europa.
Esta práctica anárquica fue diluyéndose y poco queda de ella en la naturaleza geológica y viva del Camino. Hubo valentía municipal en aprovechar el impulso de la Dirección General de Ordenación y Promoción Turística en dejar bien señalizado el Camino y hacer realidad el último tramo del mismo, el correspondiente al ayuntamiento de la Ciudad de los Caballeros de Gáldar, y ahí están, marcando el camino, mostrando con orgullo la distancia que resta para llegar a la ciudad del Apóstol. Estos mojones, realizados con piedra de Arucas, muestran, sin lugar a perderse, el discurrir del Camino Jacobeo de Gran Canaria por tierras galdenses, desde el área recreativa de Pavón, a todos los que quieran realizarlo.
Un documental reciente, titulado: "Camino de Santiago entre volcanes, la tradición jacobea en Canarias", recorre el Camino de Santiago y nos habla de esta antigua tradición en la isla. No son mis palabras las que aparecen en sus textos verbalizados. Tómense veinte minutos y disfruten de la riqueza visual de tan entrañable senda. Las palabras que escucharán corresponden a investigadores, expertos, cronistas, profesores de universidad, dando fe y testimonio todos ellos, de una tradición jacobea en nuestra isla con más de medio milenio de existencia.
Surgieron luego otras iniciativas no oficiales. Así, un proyecto de teatro lleva el Camino y el encuentro de peregrinos a todos aquellos lugares donde haya interés en vivirlo. Su gestación fue espontánea y actores y directores se comprometieron en una labor y trabajo ilusionante.
El Proyecto: "Camino de Santiago entre volcanes", se extiende a todas las islas canarias. Su temporalización llega hasta el próximo año jacobeo, dos mil veintisiete. Tiempo al tiempo, queda sembrada la semilla y se trata ahora de cuidar el cultivo. Si perseveramos en ello, el fruto está garantizado.
A mí, modesto articulista, sólo me queda desearte, tanto en el ámbito personal como profesional, Buen Camino, querido amigo Ciprián. Los cimientos de este proyecto son sólidos y se fortalecen, día tras día, con el paso de cada peregrino y caminante, con el encuentro en esta ruta jacobea de cada uno de nosotros con el espíritu de la naturaleza y el interior de cada uno.
