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Antón Pirulero

martes, 30 de enero de 2007
A Antón Fernández López (por ahora, desconocido para mi) no le gustó mi artículo “A festa da cidadanía”, y después de beberlo hasta la saciedad, le ha producido desconcierto ante el “argumento incongruente sobre el que desarrollo mi discurso”.

Mi argumento, amigo Antón, es que un Alcalde es un “nombre propio”, puesto único, representante de una ciudad de casi cien mil habitantes, mientras un militante de un partido es un “nombre común” representante de sí mismo y de una forma de pensar muy respetable. El militante tiene toda la libertad del mundo. El Alcalde, no.

Orozco, como militante socialista tiene el derecho -y supongo que el deber- de llamar a todos a la “Festa da Cidadanía” que supone la presentación de su candidatura a futuro Alcalde. Orozco, como Alcalde, no puede invitar a los lucenses a la presentación de su candidatura. Punto. Si esto usted no lo entiende, yo no tengo la culpa de que fallen los sistemas educativos, la ley de la gravedad o su sentido del olfato.

Precisamente porque distingo entre mi querido amigo Orozco, cinéfilo, militante socialista hasta la médula, profesor, buen conversador y afable, con libertad para hacer con su persona, sus conocimientos y su ingenio lo que le apetezca dentro del orden establecido, y el Ilmo. Sr. Alcalde de la ciudad de Lugo que me representa a mi y a noventa y pico mil lucenses más, me parece que usted confunde las témporas con el oviducto.

Presumo que es usted muy joven y no recuerda mi etapa en el Ayuntamiento de Lugo, con Vicente Quiroga, del que yo no era exactamente “Jefe de prensa”. Mi cometido era bastante más amplio, y en relación con él tengo recibido elogios de quienes usted menos puede pensar (“No hagas, hijo mío, que te lo explique”, dijo el clásico). Pero, verá, para ese cometido no se me exigió confesión política y pude ser -entonces, después y ahora- independiente (¡libre!) en el pensar y proceder.

En mi infancia vilalbesa cantábamos con fervor la canción de “Antón Pirulero”, que abogaba porque “cada cual atienda a su juego”. Sigamos jugando, Antón, que seguro habrá más ocasiones de controversia.

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AL SEÑOR XIZ

Después de leer, releer y repasar hasta la saciedad un artículo del pasado lunes escrito por Xulio Xiz titulado A festa da cidadanía aún no he salido de mi desconcierto ante el argumento incongruente sobre el que desarrolla su discurso el antiguo jefe de prensa de un ex-alcalde del PP.

Primero manifiesta la ofensa que le causan los saludas de los alcaldes en las fiestas y demás, argumentando que se mezclan la persona con la institución. Como todo el mundo es capaz de comprender, en ningún caso un alcalde saluda a título personal sino que firma como representante de todo el ayuntamiento lo que incluye a todos los miembros de la corporación, a los trabajadores y a los ciudadanos.

La representación de la ciudad es inherente al cargo de alcalde. El que escriba saludas y se congratule de los éxitos de equipos locales es una cuestión de cortesía institucional. En segundo lugar, su desquiciamiento raya la ilógica cuando divaga sobre la dicotomía del «status elevado» de un alcalde frente al candidato de un partido político.

Tiene un serio problema de entendimiento sino es capaz de distinguir a José López Orozco invitando a los lucenses a un acto del PSOE como candidato a la alcaldía del Excelentísimo Señor Don José López Orozco, Alcalde-Presidente de Lugo.

Por supuesto que escuchará hasta en el coche a Orozco candidato promocionando «A festa da Cidadanía» porque de eso se trata el éxito de una campaña, de que llegue a toda la gente; y como alcalde, Orozco ejerciendo su cargo con la aparición en actos, fotos y saludas necesarios, que para fortuna de esta ciudad son muchos, puesto que es un alcalde trabajador y porque esta es una ciudad viva en la que continuamente
suceden cosas.

Claro, es la diferencia con la época en la que él estaba de jefe de prensa.

Antón Fernández López

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FESTA DA CIDADANÍA

Na radio do coche, escoito a voz de Orozco que me fala… a min e a tódolos habitantes da capital: “Lucenses: Quero celebrar con vosoutros eses anos que levamos traballando xuntos”… E invítame á Festa da Cidadanía, que vai celebrar con Blanco e Touriño.

A min repatéanme os anuncios dos concellos nos que aparece a foto e o nome do Alcalde, de paso que desexan un bo ano, magníficas festas, ou se congratulan do ascenso do equipo local, porque é mesturar a institución coa persoa.

Neste caso, o anuncio tampouco me gustou, pola mezcla desafortunada entre a persoa e o cargo.

Un Alcalde, cando accede á Alcaldía, segue a ser militante dun partido, pero accede a un status diferente, máis elevado, e prima o cargo de Alcalde sobre o de militante. E hai que ter cuidado co uso que se fai da súa imaxe, porque a imaxe pertence ó cargo, e o cargo á cidade.

Co uso da voz de Orozco, pode parecer que a invitación á Festa da Cidadanía a fai o Alcalde -que é así- e non o militante socialista. E a festa parece ser que é con motivo da presentación da candidatura do Psoe lucense ás próximas eleccións. ¡Mal feito!

Xulio Xiz
Xiz, Xulio
Xiz, Xulio


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